<> Solia sonar la campana.

Ding Dong, solían sonar las campanas. Pero ya no suenan más, no podrán indicarnos la hora, lo pondrán ritmo a nuestra aventura cotidiana. Las Campanas de nuestra iglesia fueron robadas, probablemente para ser fundidas y vendidas, a 40$ el kilo, 375 kilogramos de bronce, para una suma inocua de 15.000 dólares. Una suma inocua, porque…